SI
LO ASALTAN, ES POR SU PROPIA CULPA
Daniel
Montes Delgado (*)
Hay ocasiones en que las autoridades no parecen
darse cuenta de que realmente son autoridades, porque nos sorprenden con
argumentos insostenibles. Un ejemplo de eso es el reciente proyecto de
ordenanza del Concejo Provincial de Piura, por el cual se pretende obligar a
todos los conductores de negocios sujetos a licencia de funcionamiento, a
implementar sistemas de vigilancia mediante cámaras, en sus locales e incluso
en el exterior de sus locales. Y el argumento para ese despropósito es que las
cámaras de seguridad desalientan a los delincuentes porque saben que serán
reconocidos posteriormente, y que por ello los empresarios deben invertir en
este tema.
Primera cuestión evidente a comentar: todos somos
testigos a diario en los noticieros de todo el país, de los videos de cámaras
de seguridad grabados durante asaltos, hurtos, robos y hasta asesinatos, cometidos
por los delincuentes premunidos de pasamontañas, máscaras, gorras, capuchas o
lo que sea necesario para que la cámara no grabe sus rostros. E incluso,
algunos delincuentes cometen sus fechorías a cara descubierta, sin el menor
empacho en que sean grabados. De modo que no parece que las benditas cámaras
desalienten demasiado a nadie que quiera cometer delitos.
Segunda cuestión, es que, como ya comentó
acertadamente el Gerente de la Cámara de Comercio de Piura, esto no es más que
un retroceso en toda la línea y un abandono de las obligaciones legales de la
municipalidad respecto a la seguridad ciudadana. Por si acaso, desalienta
también a los delincuentes que el servicio de serenazgo cumpla una labor
efectiva, que la coordinación entre municipio y policía sea eficaz, que se
implementen no sólo cámaras de seguridad en las calles, sino además sistemas de
comunicación inmediatas, que se cuide la iluminación de las calles y muchas
otras acciones más que el municipio parece no querer empezar a hacer jamás, y
menos lo haría ahora si le traslada el problema a los propios negocios.
Este desafortunado proyecto está en la misma línea
del absurdo que el del ministro Urresti respecto a prohibir las lunas
polarizadas en los autos, porque esos autos son los favoritos de los
delincuentes para cometer atracos, de modo que si quitamos las lunas
polarizadas se habrán acabado los asaltos. Si ese es el caso, prohibamos a la
gente que saque a la calle sus celulares caros, que todos usen equipos
descartados de hace quince años, así no habrá incentivo para que nadie se los
quiera arrebatar. O que se prohíba que la gente tenga objetos de valor en su
casa, porque eso es una invitación a los delincuentes para que vayan a
buscarlos. O que nadie retire dinero del banco, que solo se permita
transferencias de cuenta a cuenta, así se acabarán los “marcas”. O que se
obligue a los negocios formales a darle a sus locales la apariencia de ser
negocios en bancarrota, de modo que los delincuentes se vean desalentados a asaltarlos,
pensando que no sacarán nada interesante de esa fechoría. O mejor todavía, obliguemos
a todos los negocios a tener no uno, sino dos, o mejor que sea un vigilante
armado por cada persona que permita el bendito aforo de un local, así habrá un
vigilante por cada persona que entra al local, de modo que los asaltos serán
imposibles. No habrá sitio para nada, y probablemente las empresas quebrarán
por el sobrecosto, pero eso no es nada comparado con el beneficio de conseguir
al fin una sociedad libre de la delincuencia.
En fin, se nos pueden ocurrir muchas más cosas
absurdas que posiblemente esté proyectando el municipio de Piura, así como
otros municipios del país, porque parece que esta auto limitación de las autoridades,
que no quieren pensar en cómo resolver los problemas, sino solo pensar en
trasladarle el problema a otros, ya es una epidemia nacional. Dios nos libre de
los delincuentes, pero primero que nos libre de esta clase de autoridades y de
sus ideas iluminadas.
(*) Abogado PUCP, MBA Centrum Católica. Montes
Delgado – Abogados SAC.
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