Columna “Derecho & Empresa”
NO
MÁS VISIÓN Y MISIÓN: UNA PROPUESTA
Daniel
Montes Delgado (*)
Hoy queremos atrevernos, con las disculpas del caso, a contradecir algo que
se ha convertido en un tópico firmemente establecido en el ámbito de la
administración de empresas: el que toda organización deba tener una “visión” y
una “misión” para sí misma, como una especie de declaración de principios en
cuanto a dos cosas: el propósito de la empresa (misión) y un aspecto
aspiracional que consiste en señalar hacia dónde queremos ir como empresa (visión).
Estos conceptos tienen su origen en las últimas décadas del siglo pasado,
aunque no decimos que preferimos cambiarlos solo por eso; solo queremos resaltar
el hecho que las organizaciones empresariales han cambiado mucho desde entonces,
no solo a partir de la importancia del liderazgo, la cultura organizacional,
los valores y la relevancia del capital humano, además de un largo etcétera;
todo lo cual hace no solo que se entienda ahora a la empresa como algo
distinto, sino como un ente al que además se le puede exigir mucho más que
antes, de cara no solo a sus stakeholders, sino también ante la sociedad en su
conjunto. Salvando las enormes distancias con las inquietudes existenciales de
toda persona natural, por supuesto, es como si la empresa tuviera que
preguntarse dos cosas: ¿qué somos?, además de ¿para qué estamos aquí?
Esto es más importante aun cuando las personas, como ahora, no solo
trabajan para una organización en función de lo que esa organización necesita
hacer o alcanzar, sino que lo hacen también para buscar un desarrollo acorde a
determinados principios o valores que consideran fundamentales y que, a ser
posible, esperan encontrarlos también en esa organización para la cual les
gustaría trabajar. Se dirá que eso ha sido así siempre, desde que el trabajo ha
sido un medio de realización personal, pero podemos señalar al respecto que,
aunque así fuera, la dimensión que ha alcanzado esa necesidad de realización ha
aumentado muchísimo. Prueba de ello es la alta movilidad del personal, la dificultad
de retener talento, la importancia de la sostenibilidad aplicada al capital
humano, entre otros muchos aspectos.
Y lo anterior igualmente aplica a las cadenas de suministro y a los clientes
de las organizaciones, que buscan sus propias coincidencias, en lo posible, con
aquello que consideran importante y, en algunos casos, hasta no negociable. Por
eso, pensamos que el concepto de “misión” como simple declaración de propósito,
sin que se señale de qué modo pretendemos cumplir ese propósito, ya no es
suficiente. Y si la “visión” no pasa de ser una aspiración sin base en lo que
tenemos y lo que podemos hacer para alcanzarla, tampoco lo es.
Así que proponemos cambiar esos conceptos por otra forma de declaración de
principios para una organización (empresarial o no), que llamaremos “LO QUE
SOMOS Y LO QUE HACEMOS”. ¿Por qué? Porque consideramos que debemos partir por lo
más importante que pueda tener la organización: sus personas. Y debemos
resaltar lo que esas personas harán, por ellas mismas a través de su trabajo y
por los demás, en este caso, sus clientes. La aspiración no debe estar centrada
en lo que la empresa quiere ser como líder de una región o de un rubro, sino en
lo que sus personas quieren ser como tales al prestar un servicio (entendido esto
de forma muy amplia, como toda actividad económica, que a fin de cuentas todas
sirven a la sociedad).
Mejor, un ejemplo real. Desde que empezamos a liderar una pequeña organización
dedicada a prestar servicios legales, no quisimos adoptar una visión y misión,
sino que nos hemos dado esta declaración de principios:
LO
QUE SOMOS Y LO QUE HACEMOS
Somos un
grupo organizado de personas, dedicado a la protección legal y aseguramiento de
los intereses de nuestros clientes, a los cuales buscamos evitar riesgos y facilitar
sus actividades económicas. Interpretamos la legislación, estudiamos la
jurisprudencia y la doctrina, para aplicar todo ello conforme a la estrategia y
las características de cada caso. Asimismo, producimos información y
solucionamos problemas creativamente. Todo ello en el marco de un trabajo
ético, basado en la lealtad y diligencia, transparencia y estudio permanente.
Como señalamos al inicio, es una propuesta que nos atrevemos a realizar
como un modesto aporte a la discusión general de lo que debemos entender por
una organización empresarial y su razón de ser.
(*) Abogado PUCP; MBA Centrum Católica.