¿ADMINISTRACION
DE LOS RIESGOS LEGALES O ADMINISTRACION LEGAL DE LOS RIESGOS?
Daniel
Montes Delgado (*)
Los administradores de
empresas, como los de cualquier otra organización, deben hacer frente a un gran
número de riesgos, que amenazan la posibilidad de que esa organización alcance
sus objetivos y fines para los cuales ha sido creada. Esos riesgos van desde
una estrategia equivocada o insuficiente (errar en el mercado objetivo),
pasando por las condiciones externas (crisis mundial o interna), hasta casos
fortuitos (accidentes y pérdidas). Y, en la medida que la economía y el derecho
están íntimamente relacionados, muchos de esos riesgos tienen un aspecto legal
que debe manejarse con cuidado, de forma que ese riesgo desaparezca, se aminore
o se reduzcan sus efectos negativos en caso de concretarse.
¿Cómo saber si una
práctica comercial adoptada no es lesiva de las normas sobre defensa del
consumidor? ¿Cómo decidir si una determinada interpretación legal en el tema
tributario no será riesgosa? ¿Cómo proteger a la empresa de los actos de
terceros, inclusive de los propios socios, con miras a un objetivo más
estratégico? Esos aspectos legales suelen llamar la atención de los empresarios
cuando ya se han “materializado”, es decir, siguiendo los ejemplos anteriores,
cuando INDECOPI notifica un procedimiento sancionador de oficio, o cuando SUNAT
formula un reparo cuantioso por tributos supuestamente impagos, o cuando un
tercero consigue afectar el patrimonio o las actividades de la empresa.
Justamente por lo
anterior, el tratamiento de esos riesgos también suele “tercerizarse”, en el
sentido de encargarse a un abogado, ya sea interno o externo, que desde la
perspectiva de su profesión, busque las mejores soluciones para la empresa. A
esto es a lo que podemos llamar una “administración de los riesgos legales”, que
a pesar de ser la solución más corriente, tiene varias desventajas: a) la
detección de los riesgos depende del empresario y no del experto en derecho, por
lo que puede ser muy tarde cuando se llama a este último, b) no todas las
aristas y aspectos relevantes pueden ser comprendidos por el abogado, si este
no entiende cabalmente a la organización, por lo que sus soluciones pueden ser
inadecuadas o hasta contraproducentes, c) no fges fácil integrar la estrategia
diseñada para enfrentar los riesgos legales a la estrategia general de la
empresa, por lo que es posible que no se alcancen resultados útiles.
Por eso, nos parece
más adecuado hablar de una “administración legal de los riesgos” de la empresa,
que puede permitir un manejo más comprehensivo de esos riesgos. Y no se trata
de que el abogado asuma el rol del administrador de la empresa, para decidir lo
que puede o no ser relevante como riesgo para la organización, pues eso sería
reducir demasiado la perspectiva, sin dejar de admitir que hay abogados que se
desempeñan como excelentes administradores. Pero, sin perjuicio de eso, en
realidad creemos que lo que hay que trabajar es el aspecto del propio
administrador como un gestor de riesgos, pero que incluya a los riesgos legales.
Nos explicamos. Así
como el administrador de una empresa debe lidiar con los riesgos de operación
de las maquinarias y equipos de su empresa, sin ser él mismo un experto en ese
tema; o con los riesgos del tipo de cambio, sin ser un especialista en
finanzas; o con los riesgos de comunicación con el mercado, sin ser un gestor
de relaciones públicas; creemos que el administrador debe conocer lo suficiente
de los riesgos legales que pueden afectar a su empresa, y con mayor razón debe
conocer la forma en que otros riesgos que no son legales en un inicio, pueden
convertirse en riesgos legales, así como debe tener una idea general de las
posibles soluciones. Esto le permitirá advertir posibles contingencias legales con
más anticipación, encargar a su abogado interno o externo el caso con un
enfoque adecuado y previsto desde el inicio, así como integrar el manejo de
estos asuntos legales dentro de su estrategia general, de forma que pueda
gestionarlos mejor y en orden a objetivos más amplios. Y todo esto requiere
básicamente de información, pero también de hacer explícito este aspecto de la
administración empresarial, que no suele ser materia de entrenamiento de los futuros
administradores, ni en los estudios de pregrado, donde es difícil encontrar
cursos integradores de este tipo, ni en los de postgrado, donde también son muy
raros. Creemos que eso debe cambiar.
(*) Abogado PUCP, MBA
Centrum Católica. Montes Delgado – Abogados SAC.
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