martes, 8 de abril de 2025

 

Columna “Derecho & Empresa”

 

NO MÁS VISIÓN Y MISIÓN: UNA PROPUESTA

 

Daniel Montes Delgado (*)

 

Hoy queremos atrevernos, con las disculpas del caso, a contradecir algo que se ha convertido en un tópico firmemente establecido en el ámbito de la administración de empresas: el que toda organización deba tener una “visión” y una “misión” para sí misma, como una especie de declaración de principios en cuanto a dos cosas: el propósito de la empresa (misión) y un aspecto aspiracional que consiste en señalar hacia dónde queremos ir como empresa (visión).

 

Estos conceptos tienen su origen en las últimas décadas del siglo pasado, aunque no decimos que preferimos cambiarlos solo por eso; solo queremos resaltar el hecho que las organizaciones empresariales han cambiado mucho desde entonces, no solo a partir de la importancia del liderazgo, la cultura organizacional, los valores y la relevancia del capital humano, además de un largo etcétera; todo lo cual hace no solo que se entienda ahora a la empresa como algo distinto, sino como un ente al que además se le puede exigir mucho más que antes, de cara no solo a sus stakeholders, sino también ante la sociedad en su conjunto. Salvando las enormes distancias con las inquietudes existenciales de toda persona natural, por supuesto, es como si la empresa tuviera que preguntarse dos cosas: ¿qué somos?, además de ¿para qué estamos aquí?

 

Esto es más importante aun cuando las personas, como ahora, no solo trabajan para una organización en función de lo que esa organización necesita hacer o alcanzar, sino que lo hacen también para buscar un desarrollo acorde a determinados principios o valores que consideran fundamentales y que, a ser posible, esperan encontrarlos también en esa organización para la cual les gustaría trabajar. Se dirá que eso ha sido así siempre, desde que el trabajo ha sido un medio de realización personal, pero podemos señalar al respecto que, aunque así fuera, la dimensión que ha alcanzado esa necesidad de realización ha aumentado muchísimo. Prueba de ello es la alta movilidad del personal, la dificultad de retener talento, la importancia de la sostenibilidad aplicada al capital humano, entre otros muchos aspectos.

 

Y lo anterior igualmente aplica a las cadenas de suministro y a los clientes de las organizaciones, que buscan sus propias coincidencias, en lo posible, con aquello que consideran importante y, en algunos casos, hasta no negociable. Por eso, pensamos que el concepto de “misión” como simple declaración de propósito, sin que se señale de qué modo pretendemos cumplir ese propósito, ya no es suficiente. Y si la “visión” no pasa de ser una aspiración sin base en lo que tenemos y lo que podemos hacer para alcanzarla, tampoco lo es.

 

Así que proponemos cambiar esos conceptos por otra forma de declaración de principios para una organización (empresarial o no), que llamaremos “LO QUE SOMOS Y LO QUE HACEMOS”. ¿Por qué? Porque consideramos que debemos partir por lo más importante que pueda tener la organización: sus personas. Y debemos resaltar lo que esas personas harán, por ellas mismas a través de su trabajo y por los demás, en este caso, sus clientes. La aspiración no debe estar centrada en lo que la empresa quiere ser como líder de una región o de un rubro, sino en lo que sus personas quieren ser como tales al prestar un servicio (entendido esto de forma muy amplia, como toda actividad económica, que a fin de cuentas todas sirven a la sociedad).

 

Mejor, un ejemplo real. Desde que empezamos a liderar una pequeña organización dedicada a prestar servicios legales, no quisimos adoptar una visión y misión, sino que nos hemos dado esta declaración de principios:

 

LO QUE SOMOS Y LO QUE HACEMOS

 

Somos un grupo organizado de personas, dedicado a la protección legal y aseguramiento de los intereses de nuestros clientes, a los cuales buscamos evitar riesgos y facilitar sus actividades económicas. Interpretamos la legislación, estudiamos la jurisprudencia y la doctrina, para aplicar todo ello conforme a la estrategia y las características de cada caso. Asimismo, producimos información y solucionamos problemas creativamente. Todo ello en el marco de un trabajo ético, basado en la lealtad y diligencia, transparencia y estudio permanente.

 

Como señalamos al inicio, es una propuesta que nos atrevemos a realizar como un modesto aporte a la discusión general de lo que debemos entender por una organización empresarial y su razón de ser.

 

(*) Abogado PUCP; MBA Centrum Católica.

 

http://cuestionesempresariales.blogspot.com

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