“ESE
PROVEEDOR ESTA MAL VISTO POR SUNAT”: NUEVO CONCEPTO TRIBUTARIO
Daniel
Montes Delgado (*)
Ahora que SUNAT ha
intensificado sus acciones de control, entre ellas las denominadas
“verificaciones”, pero al mismo tiempo les ha establecido metas muy exigentes a
sus verificadores, en cuanto a dinero recaudado de manera “inductiva”, han
proliferado nuevos conceptos y argumentos que, esgrimidos como presión
sicológica pueden tener algún sentido persuasivo, pero que de legales y correctos
no tienen nada. A fin de cuentas, cuando se presiona a las personas para
alcanzar fines exagerados, empiezan a importar poco los medios.
En esta ocasión nos
referiremos solo a uno de estos nuevos conceptos tributarios que SUNAT les ha
proporcionado a sus verificadores. Dicho sea de paso, una verificación de este
tipo consiste en que al contribuyente lo citan a las oficinas de SUNAT, con
algún pretexto (“rentabilidad debajo del promedio del sector”, “detracciones
excesivas comparadas con las ventas”, “crédito fiscal desproporcionado”, etc.) y
le piden que lleve sus facturas de compra, para luego en esa entrevista,
recibir información acerca de un tema completamente diferente: las compras
realizadas a algunos proveedores de bienes o servicios son cuestionadas porque
“ese proveedor está mal visto por SUNAT”. Finalmente, le dirán que esas compras
son falsas, y que de no rectificar sus declaraciones y pagar el impuesto
supuestamente omitido, el contribuyente comprador puede ser hasta denunciado
penalmente por ser cómplice de evasión tributaria. La idea es sacarle al
contribuyente el mayor pago en efectivo posible, sin una verdadera
fiscalización.
Pero ¿qué hay detrás
de esta afirmación del verificador de SUNAT? Pues una presunción más o menos
lógica, pero no por eso ajustada a ley. Sucede que SUNAT recibe en sus bases de
datos información de muchos contribuyentes, acerca de sus operaciones de
compras y ventas (este es el famoso “DAOT”). Si usted tiene un proveedor, debe
informar las compras que le hizo en el último ejercicio. A su turno, ese
proveedor debería reportar también compras, pues las necesita para producir o
adquirir lo que le vendió a usted. Pero sucede que no hay contribuyentes que
reporten ventas a ese proveedor. En otras palabras, la cadena de compras y
ventas en la base de datos se rompe, justo en el lugar de su proveedor. SUNAT
no sabe con certeza a qué se debe esta inconsistencia, ni ha fiscalizado al
famoso proveedor, ni le interesa hacerlo, pues puede ocurrir que no le sea
fácil o se resista a ser fiscalizado.
En lugar de tratar de
fiscalizar a posibles fantasmas, SUNAT prefiere presionarlo a usted, que es un
contribuyente formal y no se va a escapar a ningún lado. Para eso, le hablará
de ese “proveedor mal visto por SUNAT” y tratará de convencerlo de que las
supuestas culpas de ese proveedor son las suyas también. Si usted ya sabía que
la bancarización, así como el pago con cheques y el pago de detracciones, se
supone deberían validar sus compras, por más que el proveedor sea incumplido en
sus impuestos, esa certeza le será cuestionada por el verificador de SUNAT, sin
ninguna base legal, pero con mucha presión y amenazas sutiles (y algunas no
tanto).
Lo cierto es que estas
acciones de control no son verdaderas fiscalizaciones, sino simples
comparecencias, por lo que el verificador no tiene facultades para afirmar nada
acerca de sus proveedores, al menos no con efectos legales. Se trata
simplemente de asustarlo para ver si paga alguna cantidad. Lo correcto sería
resistirse a esta presión indebida, antes que ceder a ella. Los contribuyentes
tienen derechos que deben ser respetados más allá de las metas de recaudación.
(*) Abogado PUCP. MBA
Centrum Católica. Montes Delgado – Abogados SAC.
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